La historia de un vínculo delicado y fatigoso pero también es el retrato de una sociedad y una extensa meditación sobre la experiencia de ser mujer
Pocas veces en la literatura se ha retratado de manera tan humana, vital y honesta la relación entre una madre y su hija. Gornick, una mujer madura, camina con su madre anciana por las calles de Manhattan, y en el transcurso de esos paseos llenos de reproches, de recuerdos y complicidades, va desgranando el relato de la lucha de una hija por encontrar su propio lugar en el mundo.
Desde muy temprano, Gornick se ve influenciada por dos modelos femeninos muy distintos: uno, el de su madre, una mujer neurótica, terca e inteligente que dedica toda su energía al cuidado de su familia y renuncia a cualquier otro ideal; el otro, el de Nettie, la joven vecina apasionada, inexperta y dependiente, viuda y madre de un bebé, que sólo se siente segura frente a los hombres, consciente de que es sensualidad en estado puro.