Qué bonita es la vida cuando se enciende la chispa del amor y encuentras a tu media naranja, aunque ésta tenga forma de empanadilla glotona o de croqueta marisabidilla.
A partir de ese momento todo luce de otro color, hasta las tareas más rutinarias, como la limpieza doméstica o ir a la compra, se hacen más llevaderas. Y lo sabes bien porque tú también lo has vivido. A fin de cuentas, Croqueta y Empanadilla somos todos.